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"Cañero" Eliseo Salvador Porta

De Una versión del infierno, Montevideo, D.I.S.A., 1968 . La pareja montevideana de Investigaciones, ojerosos al cabo de veinte y pico de horas de ferrocarril, se había hecho explicar momentos antes en qué punto del horizonte estaban las plantaciones de caña de azúcar del Departamento. -Y aquella construcción con chimenea que apenas se ve por la humareda- agregó el pasajero informante- es el ingenio. - ¿Y a qué se debe el humo? -Están quemando la caña, pues. - ! Cómo ! ¿ Los incendios continúan; el sabotaje sigue? -¿Qué sabotaje? Están quemando porque hay que quemar, porque la caña, antes de cortar, se quema para sacarle la hoja. ¡Si hubiese que pelar cada caña a machete, ya le digo! La pareja se miró. Por un instante habían creído que llegaban a punto para coger infraganti a los incendiarios de que hablaba la prensa capitalina. Y ahora resultaba que, normalmente, la caña se quema… Por arriba, el cañaveral brilla con filos vítreos, y ondula largamente como aguas verdes; por abajo está
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"En el puesto del fondo" Eliseo Salvador Porta

Crecí en aquel poblacho del interior, pero al regresar de mi primer año liceal, en el verano dd 1920, el campo no era ya el marco habitual de mi vida, sino el teatro de mis vacaciones, y todo en él me encantaba. Un sábado por la tarde fueron desembarcados, en presencia del pueblo entero, tres espléndidos toros que, al cabo de dos días de descanso en una barraca próxima a la estación, serían conducidos a un establecimiento distante. El capataz que había venido a buscarlos se alojó en casa, donde siempre se lo recibía como parte de la familia, porque era hermano de leche de mi padre. El lunes, durante la cena, se hablaba del viaje, y el paisano, después de peinarse pulcramente los bigotazos con la servilleta, me dijo: -Y, doctorcito, ¿no quiere dir a tropiar mañana con nosotros? Yo abrí la boca y miré a mi madre. De ella recibía siempre las mayores condescendencias y las prohibiciones más tiránicas, porque su amor por mí desbarataba su juicio; pero fue mi padre quien decidió: -Que vaya.