Pasé la tarde en el huerto tamizando la tierra para la siembra de almácigos. Y la trivial tarea de separar el polvillo fértil de los terrones y gruesos despojos orgánicos, transportó mi dicernimiento hacia el significado e importancia de lo pequeño. Las partículas que caían del cedazo, como tantas cosas diminutas y organismos invisibles, originan fenómenos primordiales. Microscópicas bacterias causan infecciones considerables. Por carencia de ínfimas dosis de ciertos elementos en la dieta diaria ( proteínas, sales minerales, vitaminas) se producen transtornos orgánicos o estados patológicos. La tierra que procuraba obtener para sembrar semillas finas de hortalizas es una mexcla de múltiples componentes: partículas minerales de roca desintegrada por erosión o desgaste ( sílice, caliza, arcilla), materia orgánica descompuesta o en vías de descomposición ( humus) y miríadas de vivientes pequeñisimos ( bacterias, mohos, hongos, líquenes). Las bacterias terrícolas, organis...